Amanecía un nuevo Domingo de Ramos en Linares, cargado de ilusión y ganas de disfrutar de Semana Santa. Fue una mañana fría y nublada, impropia de un día tan reluciente como es este. El color gris predominaba en el cielo y activaba la incertidumbre.

Llegaron las diez de la mañana, hora en que la hermandad de la Entrada en Jerusalén debía iniciar su andadura. Pasaron los minutos hasta que finalmente se anunció que se retrasaría la salida una hora.

Pasada la espera la hermandad se echó a la calle, no sin sufrir la caída de algunas gotas. La hermandad no se dejó intimidar y siguió adelante.

Debido a la circunstancia, la hermandad recortó el recorrido, anulando su paso por calle Rosario y tomando Antón de Jaén, Sagasta para llegar a Carrera Oficial y regresando por Corredera de San Marcos, Pasaje, Ayuntamiento, Los Francos, a la parroquia.

El cortejo estuvo acompañado musicalmente por la Agrupación Musical Cristo de la Elevación de Campo de Criptana (Ciudad Real) en el paso de Misterio, agrupación que suena realmente bien, y la Banda de Música de Dos Torres para Ntra. Sra. de la Alegría.

Desgraciadamente, cuando la estación de penitencia discurría por la Corredera de San Marcos, una breve y fuerte tromba de agua descargó sobre Linares. Los plásticos tuvieron que hacer acto de presencia para salvaguardar las imágenes y enseres.

Deslucida estación de penitencia de la hermandad que abre nuestra Semana Santa, que pese a las malas previsiones pudo salir a la calle. Esperemos que el año que viene podamos verla en todo su esplendor, como se merece esta hermandad tan querida y entrañable.

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